miércoles, 7 de septiembre de 2011

El libro

Esta es la historia completa que escribió mi hijo, Fabian, la cual habìa publicado, pero me faltaba la parte final. Aca se las dejo, que la disfruten.

Recién había puesto llave a la puerta de su oficina cuando las nubes comenzaron a cubrir aquel frio día con una cada vez más notoria oscuridad. Apresuró el paso a su casa, caminaba lo más rápido que podía, pero sin llegar a correr. Usaba un abrigo largo que lo envolvía desde la nuca hasta sus escuálidos tobillos. Llevaba un inútil sombrero fedora que solía usar para cubrir una pequeña calvicie que quería hacerse presente al centro de su cabeza.
Las gotas comenzaron a caer. Levantó el maletín, lo posó sobre su cabeza y se decidió a correr la última media cuadra que quedaba antes de poder refugiarse en su casa. Entró apresuradamente, dejó el maletín a un costado y se deshizo de sus ropas mojadas colgándolas en un perchero que había junto a la puerta. Por fin podría tener tiempo para él mismo, sus labores ya no eran prioritarias – al menos por unos días – y aún no era tiempo para ir a la cama.
Vivía solo, desafortunadamente su esposa había sufrido un cáncer fulminante que había terminado con su vida antes de siquiera poder hacer un intento para combatirlo. No tener hijos había sido una decisión conjunta.
Leía mucho, los libros de alguna manera suplían su necesidad imperante de sentir, no veía películas pues eran vagas, sólo un buen libro podía aportar a su vida la cantidad necesaria de emociones que lo habían abandonado junto con su difunta esposa.
Se aproximó a un gran estante en el que él y su esposa tenían una vasta colección de textos. Dio una rápida mirada y trató de encontrar algún nombre llamativo y desconocido dentro de tanta historia que ya era familiar a sus ojos. Nada. Miró de nuevo, esta vez con más detención. Lo mismo. Cerraba los ojos por unos segundos esperando que durante ese tiempo apareciera en algún espacio vacío algún libro que valiera la pena. Esta vez sí. En un rincón, refugiado tras una edición original de un renombrado título de Cortazar, se encontraba un libro no muy largo, tal vez por eso no lo había visto, su cantidad de hojas no eran muchas comparadas con las de los demás libros que completaban el estante. Lo retiró de su lugar con algo de dificultad y sacudió el polvo que cubría su superficie con la intención de encontrar algún dato que le permitiera saber de dónde había salido pero…Nada. El libro no tenía título, o si lo tenía, nunca había estado escrito en él. Tampoco estaba firmado por nadie. El cuero negro del que estaba hecha la cubierta no parecía tener indicios de alguna vez haber tenido una simple letra. La portada no era capaz de revelar nada. Lo abrió. Sus antiguas páginas casi cedieron ante su suave tacto. Con más cuidado fue hojeándolo. Parecía ser una novela de misterio, leyó en más de una ocasión la palabra asesinato y concluyó que podía tratarse de una de las novelas policiales que a él tanto le fascinaban.
Esbozó una sonrisa de satisfacción y de un salto cerró el libro y lo dejó en una mesita de té que había junto a un sillón. Rápidamente, salió de la sala de estar y volvió con unos cuantos leños bajo el brazo, los lanzó desordenadamente a su chimenea e inició un fuego. 
Se arrellanó en su sofá,  posó sus pies sobre un puf y procuró que estos fueran envueltos por el calor que emanaban los crepitantes leños. Tomó el libro, y lo abrió en la primera página. Extrañamente, la historia comenzaba ahí, no tenía prólogo, agradecimientos, información de publicación, nada, ni siquiera una hoja en blanco. Extrañado y sin más, comenzó a leer.
“El cielo comenzaba a tornarse gris, el sonido y la calidez del viento anunciaban una posible tempestad. Me acomodé el abrigo y comencé a seguirlo. Parecía tener prisa ¿Me habrá visto?, no, no pudo ser, todo estaba escrito, él no podía haberme visto, si me viera todo se desmoronaría, el futuro, el pasado, el presente, todo. No podía ser así. Apresuré el paso para no perderlo de vista cuando comenzó a llover. Él corrió.”
“- ¡Se me escapa! – pensé y corrí tras él.”
“Entró en su hogar y cerró la puerta casi en mis narices. Ahora estaría satisfecho, relajado, seguro – al menos eso pensaba él -. Me acerqué a la ventana y observé el interior de su casa por una pequeña rendija que se generaba en el sector donde se juntaban las cortinas.”
“Ahí estaba, tan despreocupado, tan ignorante, tan él. No lo soportaba. Parecía buscar algo con esmero pero sin frutos, esperó por unos momentos hasta que por fin…lo encontró. Observé como aquel hombre miraba estupefacto mi amuleto, mi tesoro. Era como si me estuviera mirando directamente a los ojos. Por un momento, salió de mi vista, pero no tardó en volver, se acomodó en un sillón y comenzó su intrusión. Tuve que evitarlo, era mi amuleto, era una parte de mí, ¡era una intrusión en mí! Arremetí con facilidad contra su puerta, era tan frágil como la seda. Me acerqué sin que se percatara, pero no debí hacer ningún esfuerzo para pasar desapercibido, estaba tan imbuido en mi que nada lo podría haber sacado de su transe, estaba escrito. Arrebaté mi amuleto de sus asquerosas manos y lo puse en mi abrigo, cerca de mi corazón. Tomé sus brazos y se los arranqué de raíz. Quebré su cuello y luego arranqué sus piernas. Su sangre empapaba mis ropas, teñía los sillones, creaba charcos en la alfombra. Quité lo que quedaba de su cuerpo, del ahora rojo asiento y me puse cómodo. El amuleto, era solo mío.”
El hombre abrió los ojos
– Me quedé dormido – pensó – Pero ¿Y el libro? –
Se levantó en su asiento y ahí fue cuando se percató, su abrigo teñido de sangre, el sillón rojo, un cadáver descuartizado en su sala de estar y el amuleto, cerca de su corazón.
                                                                                                                                        Fabián Bruna

lunes, 18 de octubre de 2010

MARINO DE AGUA DULCE...

Transcurría el año 1978, el país estaba en un gran lío con nuestros hermanos Argentinos (Cuando no), pero este era un problemas de delimitación de nuestra frontera en el sur del País...

Todas las Fuerzas Armadas habíamos estado en un estado de tensión permanente desde ese año, lo que se extendió hasta el año 1982, aproximadamente.

Mi primera participación y la mas peligrosa, fue el haber estado en la frontera de la zona central del país, en momentos en que se produjo la posibilidad mas probable de un enfrentamiento armado con el vecino país.

Dormimos en hoyos durante un par de meses en las laderas de los cerros de Portillo, esperando, pasamos pascua y año nuevo en esa situación, vi muchas situaciones difíciles de entender en ese momento, considerando que teníamos muy poca información, solo sabíamos que de ser declarada la guerra, debíamos impedir a cualquier costo la entrada de tropas del ejercito argentino a nuestro país.

Gracias al Papa Juan Pablo II, los gobernantes de ambos países entendieron que la guerra era una masacre innecesaria y que hablando se entienden los hombres.

Después de mi estadía en esos maravillosos paisajes y de conocer centímetro a centímetro, todo el sector de Juncal, Portillo, Las Cuevas, incluyendo la Laguna del Inca, fui destinado a instruirme en un nuevo material que estaba por llegar al país y que produce uno de los viajes mas preciosos que he echo en mi vida.

En el año 1980, recibimos este material, que para el común de los mortales era una reciente adquisición que había echo el ejercito y cuyo equipamiento y puesta en marcha era materia de "Secreto de Estado", debido a que si se sabía de su existencia podría acarrear graves consecuencias políticas con el vecino país.

El tema era que teníamos que trasladar este material hasta Punta Arenas, saliendo de Santiago la madrugada del 01 de diciembre del año 1981.

Tanques de última generación, ese era nuestra carga, pero no uno, sino que viajábamos en grupos de a diez, de noche, encarpados enteros, convertidos en peonetas, choferes, guías, y todo lo que se pueda imaginar, con tal de resguardar la reserva de nuestro trabajo.

Viajar de noche, dormir de día, para eso teníamos un itinerario y viajábamos considerando la llegada de los camiones a diferentes regimientos, sin que estos supieran de nuestra llegada, así que producíamos un caos de proporciones, pero siempre encontramos gente de muy buena voluntad que nos atendieron en la medida de lo que les era posible.

Ultima parada terrestre, Regimiento Sangra de Puerto  Montt, de ahí nuestro contacto cambiaba y pasábamos a depender de la autoridad Marítima de la Zona, ya que teníamos que considerar embarcar nuestra carga en una barcaza, que para tal efecto nos encontraríamos en alguna playa del lugar apta para realizar la maniobra.

Mucha parafernalia, escolta policial, Investigaciones, Cortes de camino, desvíos inesperados, pocas luces, coronados por una columna de camiones pesados transitando en medio de la noche, con rumbo desconocido, de seguro que los que tuvieron la oportunidad de ver esta situación, de seguro se le pararon hasta los pelos.

Orilla de Playa, mar tranquilo, mucho frío, de la barcaza nada, son las 03,00 hrs., de repente alguien dice "ahí esta", se divisa al interior un foco, como de bicicleta, yo dije "este huevón esta cagado de la cabeza", como va a ser esa hueá una barcaza, si la luz estaba cara para "luz de farol de casa de huifa",

Efectivamente, era la barcaza esperada, a las señales de linterna no pusimos a trabajar, descubrir los camiones, sacar las amarras, frío, clima maricón, mar en calma.

Comienza la preparación para entrar en el mar, son aproximadamente 20 metros los que nos separa de la barcaza hasta la arena de la playa, suficiente para que el agua llegara hasta el limite permitido, un metro cincuenta centímetros. Enfilamos los vehículos, los conductores encerrados en su habitáculo, listos para la maniobra.

Con el primer vehículo la cosa estuvo mas o menos bien, pero la huella dejada por estos mismos, hizo que el nivel del agua fuera mayor para el segundo, tercero y cuarto vehículo, por lo tanto la capacidad de ver lo que hacía el conductor, que a la final quedaba enterrado en el agua, era casi nula.

Solución, no pisar la huella del vehículo antecesor, difícil situación debido a que el margen de maniobra era escaso y el tiempo apremiaba, pues en un rato mas debía subir la marea, así que apuramos el tranco y seguimos.

Seis de la mañana, terminamos el embarque, no sin antes uno de los vehículos paso a llevar un costado de la barcaza, lo que producía un desperfecto en el cierra de las compuertas de la barcaza. Trabajo para los marinos, que estuvieron unas buenas horas reparando la cagaita.

Mojados, cansados, con hambre, sueño, las manos echas pedazos al trabajar con puros fierros, pero eramos jóvenes y manteníamos el espíritu.

Por fin a descansar, no sin antes nos sirvieran café con punta, para apaciguar el mal rato y a dormir, al día siguiente nos esperaban otras cosas. Comienza nuestro viaje.

Caimos rendidos a nuestras camas. Nos dejaron dormir hasta entrada la mañana, hora en que un weon con pito, comenzó a pitear, lo que despues entendimos que era la señal de que el almuerzo estaba listo. Llevabamos al menos seis horas de navegación por los canales, mar en calma, paisaje precioso, algo nunca sospechado que existía, quedanos con la boca abierta y en silencio, como que el paisaje te hacía entrar en un estado de aweonamiento, queriendo sacar cuantan fotos fueran posibles, con unas máquinas weonas que hacían un máximo de veinticuatro unidades y se acababa el rollo. Los mas precabidos, con cuea tenian otro rollo, y pare de contar, eran otros tiempos.

Nos sometimos a la disciplina naval, ayudando o estorbando, que era lo mas común, estabamos por todos lados, tratando de no perdernos por nada del mundo estos paisajes, que iban variando a medida que avanzabamos.

Preciosas islas, que se podría decir se asomaban por centenares, con todo tipo de fauna silvestre, que parece que sabian que iba un grupo de gente que no estaba acostumbrada a ver tanta belleza. Todos absortos, menos uno que en el momento que se subió a la barcaza, comenzo a sentir el efecto del mareo y que este viaje se convirtió en un suplicio personal.

Todo bien, hasta que al segundo día, comenzamos a sentir los efectos de tanto viaje y andabamos todos con nauseas, producto de que la barcaza se estaba moviendo mas de la cuenta. Nos acercamos a uno de los puntos mas peligrosos de nuestra travesía, a la sazón El Golfo Corcovado, que como su nombre lo indica estaba bastante corcovado, con olas que facilmente llegaban a los cinco metros, mucha lluvia, mucho viento, mucho frio.

La belleza del paisaje, rapidamente pasaba a segundo plano, había que tomar precauciones, por lo tanto, todos al interior de la barcaza, a reapretar las amarras de nuestros vehículos, mientras escuchabamos el golpetear de las olas queriendo inundar nuestra embarcación, pero la pericia de nuestros marinos, nos daba algo de tranquilidad.

En medio de la lucha de los motores para romper el bloque de agua que tenía al frente, algo pasó que los motores se silenciaron en medio de la tormenta, comienzan las carreras, los gritos, algo no anda bien, comienza la lucha con una de las anclas, pues se había trabado la cadena que la sustenta y apoyando con chuzo en mano nos vimos en la tarea de cooperar en el destrabamiento de esa ancla, que los tenía a todos locos.

En forma repentina, los motores volvieron a rugir, pero había pasado como veinte minutos, en que todos se miraban y nadie sabía que chucha pasaba. El segundo Comandante de la embarcación se reunió despues con nosotros y nos contó pormenores de lo que había pasado. Efectivamente, los motores habían fallado por alguna circunstancia y eso hacía que fueramos arrastrados por la corriente marina hacia unos roqueríos existentes en el lugar, que aunque no se veían los marinos aseguraban que eran aguas poco profundas, por lo tanto peligrosas.

Retornamos a la calma, sin percatarnos que a medida que avanzabamos, los días se iban haciendo mas largos. Asi como saliamos a mar abierto, de pronto nos encontrabamos entre medio de islas paraisiacas con unas aguas que era posible reflejarse como en un espejo, que aumentaba la hermosura del lugar, acompañado generalmente por toninas, las que alegraban el largo viaje, al saltar delante de la proa de nuestra embarcación.

Cada dia que pasaba, nos encontrabamos con nuevas sorpresas y algunas eran muy agradables o jocosas y otras preocupantes, como cuando por alguna razón colocaron una motobomba a ayudar en el achique de agua desde el interior de la barcaza y el Capitán del barco, ordeno que este se detuviera, como quien detiene una micro en un paradero, la diferencia es que estabamos entre puras islas con hermosa vejetación y en la cual algunos sacaban unos nylon improvisados para ver si pescaban algo.

Consultados los marinos, que a esa altura ya se habian transformado en "carretas", el drama era que se había perforado el casco. El agujero que presentaba era del tamaño de una uña, pero la presión del agua por tratar de entrar, hacía que todas las bombas de agua que tenía la barcaza eran insuficientes, para sacar la cantidad de agua que ingresaba.

Trabajo para expertos, buzo al agua, descubrir el orificio y parchar. Lo que no es muy dificil en el pensamiento, pero la ejecución requería de hombres valerosos y conocedores de su oficio, lo que me dejó maravillado, gran profesionalismo y preparación, era lo que yo estaba viendo.

Paisaje aparte, belleza sin igual, islas, islotes, acompañados de días grises, con mucha lluvía y un frio que cada vez que avanzabamos era de mayor magnitud. Nos esforzabamos para mantenernos despiertos, ya que estar bajo cubierta era sinonimo de sofocamiento por escaces de aire, por lo menos para nosotros. Dormiamos cada vez que nos daba sueño, no teniamos ningun horario especial, salvo el de las comidas, que eran muy buenas y el pan esquisito, preparado por los mismos marinos, que a su vez tenian otras pegas aparte de ser cocineros.

Perdimos totalmente la nocion del tiempo, no sabiamos si era mañana, tarde o noche, pues los días eran interminables, solo interrumpidos por el weon del pito, que nos decía que teniamos que ir a comer, lo que con el tiempo se convirtió en nuestro reloj.

Despues de dormir un rato, miro la hora y dije "son las cuatro", buena hora de salir a mirar el paisaje. Me sorprendi solo, en la proa de barco, mirando el reventar de las olas, obnubilado con la belleza del lugar. Alli estuve como 10 minutos, hasta que se acerca un marino y me dice "anda a dormir weon" y yo le digo que "para que, eso es perder el tiempo" a lo que el marino responde "te creo a las cuatro de la tarde, pero son las cuatro de la mañana" se caga de la risa y se va. Me está agarrando pal webeo, dije yo y no le creí mucho, pero igual me dio un poco de verguenza y me fui a tirar a la cama, no sin antes percatarme que todos dormian placidamente.

Dia siguiente y como buenos uniformados, nos indican que van a realizar un ejercicio de "zafarrancho de combate", en la cual todos debiamos estar preparados para repeler lo que podría ser un ataque a nuestra barcaza, algo no muy descabellado, pensando en la naturaleza de nuestra misión ahí, nuestra carga y tambien en las convulsiondas relaciones que teniamos con nuestros vecinos. Todo era nuevo para nosotros, por lo tanto, entretenido. No se si los marinos opinarian lo mismo, ya que para ellos era correr para todos lados y ocupar diferentes puestos a los de sus funciones habituales. Estos termina haciendo uso de unas ametralladoras de cuarenta milimetros que nuestra barcaza tenía en su cubierta y la que fue disparada con gran maestría por el cocinero y su ayudante, que era otro marino que tambien cumplia otras funciones, en epocas de tranquilidad.

Esperabamos con ansias la pasada por el "Golfo de Penas", que se sabía era mucho mas corcovado que el propio Corcovado, pero para nuestra fortuna, ese día, era el lugar perfecto para una navegación tranquila y sin sobresaltos.

Ultimo día de viaje y ya estabamos acostumbrados a que siempre fuera de día, se nos perdió la noche. Asi es que daba lo mismo la hora que fuese, siempre ibamos a estar expuestos a que nos vieran, por lo tanto se eligío para el desembarco de nuestro material, una porcion de terreno llamada Seno Otway, que queda como a doscientos Kilometros al noreste de Punta Arenas.

Una vez allí, comienzan los preparativos para el desembarco de nuestros juguetes. Gran revuelo, despedidas, abrazos, promesas de amor eterno, etc etc., todo supervisado desde tierra por oficiales del Ejército que nos esperaban desde hacía rato.

Las peripecias para el desembarco tuvieron las mismas connotaciones que cuando abordamos la barcaza, con deterioro de la rampa incluido y pega para el soldador, que tiene que haberse acordado de nuestra parentela cuando nos fuimos.

Se vivia un 18 de diciembre del año 1981, fecha en la que llegamos a la zona austral, nos encolumnamos y seguimos nuestro viaje, pero esta vez pilotando nuestros propios vehiculos, hasta llegar a "Entre Vientos", estancia militar, dedicada a la crianza de ganado lanar, que reunia las condiciones necesarias para guardar nuestros vehículos y descansar.

Comenzó la etapa de traslado del material a su casa definitiva, que era el Regimiento Dragones de Punta Arenas, arribando con fecha 23 de Diciembre del año 1981.

Esta narración se debe única y exclusivamente a que no quiero que con el paso de los años se me olvide o se empiezen a confundir los hechos o se empiecen a diluir, ademàs quiero que ojalá todos se enteren que cuando el resto del país dormia tranquilo, había un puñado de hombres trabajando para mantener el resguardo de nuestra soberanía, permitiendo el descanso tranquilo de todos y cada uno de los chilenos. Vaya un sentido homenaje tambien para todos los esforzados marinos de nuestro hermoso pais.

Todo lo que he contado aqui es verdad, puede que me equivoque en las fechas, pero asi sucedíó y ya han pasado 30 años.

sábado, 9 de octubre de 2010

PICHICHUS...

Era el regalón, nos alegraba la mañana, solíamos jugar, pasear y siempre estaba ahí, moviendo su cola o metiéndose donde no debía.

Pichichus, con el nombre se lo anduvieron cagando.... era una creación del Gran Bruna, que de imaginación no tuvo mucho, al recordar el nombre de un mono animado de la época.

Era de personalidad juguetona, siempre alegre, le gustaba echarse al lado de la puerta, como a todos los perros y no faltaba el parroquiano que lo acariciaba con un puntapiés por las costillas, que lo hacia salir disparado en dirección al pino, que también era víctima de las levantadas de pata del quiltro en cuestión.

Animal, pero citadino, no acostumbrado a grandes caminatas, mas bien a lamerle los pies a cuanto individuo se le acercara con carácter amistoso a ofrecerle algún mendrugo o simplemente una caricia.

Eran otros tiempos, en que al gran Bruna le brotaron los aires mineros y necesitaba compañía, ya sea para que le ayudara o por que necesitaba mantenerme lejos de la ciudad, o por cagarme la vida simplemente, salimos atravesando los cerros de la zona internándonos por la "Quebrada del Aji" y el muy revoltoso era el primero en salir, entusiasta, siempre a la cabeza de los integrantes de la caminata, que eramos mi padre y yo.

El dialogo no era muy fluido, mas bien escaso, el camino era difícil, con bultos en las espaldas o en maletines que no ayudaban mucho, había que conocer el camino, mas encima yo, que no me gustaba caminar, debido a dolores que me atormentaban, por mi naturaleza de patas planas, pero el pichichus era la compañía perfecta, andaba feliz, aparentemente y se le podría decir que alegraba el camino, pero en silencio.

Curiosamente, por alguna razón nos perdimos y no salimos por donde debíamos, entonces se tomo la decisión de bajar a través de una mancha de "tebos", arbusto muy espinozo que crece en las laderas de los cerros de la región, de espina muy maricona y dolorosa, pero habían algunas huellas y podíamos pasar.

No pensamos en el Pichichus, noble animal, nos siguió parte del trayecto, pero se devolvió, siguió otro poco, se echó, como que quería decirnos algo, mala pata que no le entendimos su mensaje...

El mensaje era que tenía lastimada sus patas y no podía seguir caminando, yo le aviso al Gran Bruna y me dice "déjalo no mas huevon, ya llegará".... lo salgo a buscar y se me arranca, tal era su dolor que no quería que lo tocáramos, por lo tanto huía, pero no tan lejos.... por ahí se sentía.

La decisión de dejarlo, era conociendo su condición de perro y su capacidad de olfatear el camino al campamento, además de lo difícil de seguir por ese camino, ya que si yo me quedaba atrás, también corría peligro.

Llegamos al campamento entrada la tarde, y del pichichus nada, fue comentario obligado entre las poco fluidas comunicaciones entre padre e hijo. "Cuando volvamos lo pasamos a buscar", dijo mi padre, tal vez conociendo el resultado de ese tipo de lesiones en los perros o como una escusa para que yo no siguiera insistiendo en ir por el amigo alegre y revoltoso.

Lo malo es que el retorno era en tres días mas, por lo que estuvimos atentos por si aparecía, pero nada... el pobre animal quedó botado a su suerte, sin mas cobijo que una mancha espinoza de tebo, sin agua, sin comida, sin nada...

Triste final, para tan buen y leal amigo, nunca se supo de su destino, uno se puede imaginar cualquier cosa, o que hasta murió de viejo, acompañando a alguien que lo encontró botado sin poder caminar y decidió que esos eran sus amigos de verdad y no aquellos que sin piedad lo dejaron a merced de quien sabe que peligro en las faldas de un cerro en medio de la nada.

La verdad de esta historia fue ocultada siempre o tal vez se dijo, no lo recuerdo, pero era para proteger a los hermanos menores que jugaban con el Pichichus y nunca lo vieron regresar de tan inolvidable incursión...

Esta historia, real, es en homenaje a quien fuera, nuestro regalón, amigo jugueton, cariñoso y sin par "Pichichus"...


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viernes, 8 de octubre de 2010

Mis Hijos

Curiosa la vida, extraña tal vez, pero mis dos gotas de agua, aunque lo parezca, no se parecen en nada, no quiero pecar de injusto, ninguno es malo, son personalidades distintas vistas desde un punto de vista bastante subjetivo, como el mio.

Tambien curiosa es la naturaleza del hombre, que hace que se adopten diferentes posturas, de acuerdo a las diferentes etapas que van pasando en la vida mis retoños y tambien a su comportamiento individual, lo que hace que a uno lo tilden de "Viejo Choro" o simplemente de Viejo.

Cuando uno ve que el comportamiento no es el deseado, adopta posturas que van desde el silencio, el tratar de ver mas allá, estar siempre atento, sin emitir comentarios, solo mirar. Esa actitud hace que a uno lo tilden de uraño, de estar siempre en otra, de ser un "Viejo de Mierda"...

Mi Hija, Bruna por donde la miren, amiga de sus amigas, llevada a su idea, un poco irresponsable pero buena hija, necesita de alguien que la guie, ultimamente le a tocado duro, y ahì està aperrando sin chistar, yo la miro desde lejos y me veo reflejado en ella, por eso que muchas veces mantengo esa naturaleza del hombre que describia mas arriba. Temor, podría llamarse, a que suelte la rienda, necesita de un papà un poco dictador, que se enoje de repente y que le recuerde como quiere que se hagan las cosas. En lo demas, estoy orgulloso de ella, aunque no se lo digo, por temor a que se eche en los laureles, cada dia que la veo atareada con sus estudios, me produce una sensaciòn especial y me recuerdo que tengo que estar ahi, para ella. La quiero mucho.

Mi Hijo, es una combinación Bruna-Segura, lider innato, muy buen amigo, acarreador de seguidores tanto masculinos como femeninos, llevado a su idea, muy buen hijo, cariñoso, sobre todo con su madre, muy responsable, aunque a veces discutimos, pero siempre terminamos en buena onda. Mucho mas independiente, claro en sus ideas. Me gane un premio con el, ya que todo lo que emprende le resulta bien, muy inteligente y creativo. Ademas me considera su amigo, con eso ya estoy pagado. Tambien lo quiero mucho y curiosamente se lo demuestro mas, por que no tengo temores con el.

Mi nieto, muy buen nieto, aunque a veces un poco dictador, se tiene que hacer lo que el dice, sino WUAAAAA, además tiene sus cosas claras, papa a las 09,00, comida a las 12,15 etc... o si no perturba nuestros timpanos con una muestra de sus pulmones virgenes con un sonoro y repetitivo WUAAAAAAA, asi que nos queda claro..  Es de esperar que esta actitud vaya cambiando con el tiempo, ya que o si no me voy a tener que ver en la obligación de comprarme un tapa orejas......

lunes, 4 de octubre de 2010

Octubre....

Mes de Octubre....
Mes especial
especialmente largo
de nunca acabar

Octubre recordado
varios eventos
algunos molestos
otros evocados

Como no si en octubre
acabo su pesadilla
pero comenzó el alivio
para la pobre Isabelita

Isabelita recordada
de paciencia ilimitada
corazon inmenso
con razón no es olvidada

Pobre mujer de vida noble
y espectante de cariño
esperanzas para todos
al sacrificio de su vida

En un juego quiero entrar
y a los hijos suplicar
que continuen la escritura
que algo tendran que hablar

viernes, 24 de septiembre de 2010

Si que fue grande...

Me piden que escriba, que es interesante, que es bueno, que es liberador, variadas alternativas, todas positivas, desnudar el alma, contar que.....

Dificil petición para alguien que le cuesta comenzar a hilvanar las ideas y que trata de contar algo que sea positivo o que sirva de enseñanza para los que vienen.

Recordar, recordar que, si toda la juventud trataste de escapar, si nunca fuiste entendido, y pedias a gritos solo un cariño, una palmada, un reconocimiento y caias a un abismo sin fin, del que cuesta salir, no sin antes pagar el precio y el desprecio, de los que mas querias.

A algunos le rompieron la pelota, a mi me rompieron el alma...

Me cuesta escribir, claro que me cuesta escribir
Despues de pasado los años, creo haber entendido y no guardo rencor
Es mas, me da pena y siento dolor,
Pena de no haber entendido yo tambien, cuales eran sus reglas
Que era lo que querìa
por que de su comportamiento
por que su falta de demostracion de cariño para sus hijos
por que tantos defectos en un solo ser...

Nunca tuvo padre
por lo tanto no tuvo un patrón de comportamiento como tal
tampoco tuvo madre
que es quien pone la mayor demostración de cariño en la familia
hermanos
tan brutos como el
Sin educación mas que la escuela de la vida
¿Que virtud podriamos encontrar en una persona, en esas condiciones?

Sinceramente, creo que trató y no supimos entenderlo
pero, por eso no lo voy a condenar
cumplió en hacer las cosas como el creia que eran
y creo que al final le resultó,
pues al final de cuentas,
nos legó a todos de educación en la medida de su alcance,
y se sentia orgulloso, pues no hay ninguno ignorante
y gracias a ese esfuerzo testarudo e intransigente
estoy escribiendo en este blog
como el Perro Negro.